jueves, 6 de julio de 2017

El Ayto de Villamalea aprueba la moción a favor del cierre de la central de Cofrentes impulsada por Ecologistas en Acción-ACEM y presentada por IU-Ganemos

La moción se presentó en el pleno del ayuntamiento de Villamalea del miércoles 5 de julio de 2017. Fué aprobada con los votos a favor de IU-Ganemos(3) y PSOE (4) y en contra de los votos del PP (4). Aquí teneis el contenido de la moción en PDF y más abajo el contenido de la moción por escrito.

MOCIÓN RELATIVA AL CIERRE DE LA CENTRAL NUCLEAR DE COFRENTES
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

1.      LA CN DE COFRENTES GENERA RESIDUOS MUY PELIGROSOS: Los residuos radiactivos que producen las centrales nucleares (CN) resultan altamente peligrosos para la vida porque pueden matar las células o hacerlas degenerar hasta originar enfermedades tan graves como el cáncer, incluso afectan la reproducción porque dañan el ADN y provocan malformaciones genéticas. También en las etapas previas de extracción y preparación del material fisionable, y en la clausura de la central se generan toneladas de residuos radiactivos.

2.      LOS RESIDUOS NUCLEARES SERÁN PELIGROSOS DURANTE MILENIOS: Estos residuos, que contienen el 95% de la radiactividad del combustible original, no pueden ser eliminados o desactivados artificialmente de ninguna forma, tan solo podemos encerrarlos en recipientes herméticos para que no escapen al medio ambiente y esperar a que ellos solos se desactiven. Pero algunos tienen una existencia larguísima , como el isótopo 239 del plutonio (Pu-239), que tarda 240.000 años en reducir su radiactividad a la milésima parte.

3.      LAS GENERACIONES FUTURAS NO TIENEN POR QUÉ RECIBIR LOS DESECHOS NUCLEARES: La peligrosa y duradera herencia que dejarán las CN actuales tendrá que ser vigilada y mantenida aislada durante milenios por nuestros hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y muchísimas más generaciones posteriores, que tendrán que hacerse cargo de los residuos radiactivos sin haber producido ni un solo nanogramo de ellos. Es absolutamente injusto y falto de toda ética.

4.      LOS RESIDUOS NO SE MANTENDRÁN AISLADOS DURANTE TANTÍSIMO TIEMPO: De hecho los 220.000 bidones con residuos radiactivos que fueron lanzados a la Fosa Atlántica durante la segunda mitad del siglo XX presentaban ya signos de corrosión a los pocos años, como grabó Jacques Cousteau. Y la mina de sal alemana de Asse II donde se guardaron residuos nucleares durante los años sesenta, creyendo que allí estarían seguros indefinidamente, tiene filtraciones de agua y está hundiéndose despacio, de forma que han de extraerse los 126.000 bidones radiactivos sepultados antes de que colapse. Son dos ejemplos que demuestran la inseguridad de las “soluciones” que se dan a tales residuos.

5.      LOS AÑOS DE USO SON RIDÍCULOS COMPARADOS CON LOS DE PELIGRO Y VIGILANCIA: Aprovechar esta fuente de energía en una CN durante 35 años y dejar unos residuos peligrosos que tendrán que ser vigilados y aislados, cosa prácticamente imposible, durante 240.000 años o más resulta completamente desequilibrado, absurdo, irracional. Y si se valora económicamente este trabajo extra de miles de años y generaciones, el coste de la energía nuclear es astronómico.

6.      ESTOS RESIDUOS PERMITEN LA PROLIFERACIÓN DE BOMBAS NUCLEARES: Por si todo el anterior fuera poco algunos isótopos radiactivos, como el mencionado Pu-239, se utilizan para fabricar bombas termonucleares, de forma que favorecen la proliferación de tales armas de destrucción masiva y complican el cada vez más inestable equilibrio de la paz internacional. Otra razón de peso para cerrar las CN.

7.      CONSTRUIR EL ATI AUMENTARÁ LA GENERACIÓN DE RESIDUOS: La CN de Cofrentes tiene las piscinas de residuos radiactivos al 90% y le queda espacio suficiente para almacenar los que producirá hasta el 2.021, cuando caduca el actual permiso de funcionamiento. Pero Iberdrola pide construir un almacén temporal individualizado (ATI) con la finalidad implícita de alargar todavía más la prórroga de funcionamiento. La CN caducó y tendría que haber cerrado en 2.011, tal como estaba previsto cuando se construyó; sin embargo recibió un permiso extra otros 10 años más. Y no contentos con esto ahora quieren el ATI para prorrogar unos cuántos años más el negocio nuclear, su avaricia no tiene límite, pero alargar el funcionamiento de la CN aumentará la cantidad de residuos radiactivos que va a dejar, lo cual resulta inaceptable.

8.      EL ATI DEMUESTRA EL FRACASO EN LA GESTIÓN DE LOS RESIDUOS NUCLEARES: tal como se ha visto en los cambios y la parálisis del Almacén Temporal Centralizado propuesto en Villar de Cañas, dónde no debería construirse, porque la geología de la zona es inestable, y la población mayoritariamente y las autoridades autónomas se oponen. Esto es otra muestra de la carencia de planificación en una actividad de las más peligrosas y con grandes riesgos para la ciudadanía y el medio ambiente, y pone de manifiesto que la CN de Cofrentes no ha de alargar su vida operativa, porque además hay alternativas óptimas.

9.      EL ATI AUMENTARÁ TAMBIÉN EL RIESGO DE ACCIDENTE NUCLEAR MÁXIMO: La CN de Cofrentes fue diseñada a finales de los años 60, obtuvo el permiso de construcción del Ministerio de Industria en 1.972 y entró en funcionamiento en octubre de 1.984, llegando a plena capacidad de producción en enero de 1.985, con una potencia de 992 MWe, que posteriormente fue ampliada hasta los 1.110 MWe. La autorización de funcionamiento correspondía a un periodo de 25 años y no obstante en marzo de 2.011 se prorrogó hasta el año 2.021, fecha en la cual la CN llegará a los 37 años de funcionamiento, un periodo muy superior a la edad media de cierre de las centrales nucleares europeas, que la Agencia Internacional de Energía sitúa en los 25 años. Los promotores de las CN, con su Informe Rasmussen, decían que la probabilidad de un accidente máximo con fusión del núcleo del reactor era de 1 en 1.000.000 de años por cada CN, 1 en 2.300 años para todas las actuales; pero con los terribles accidentes de Mayak (URSS, 1.957), Harrisburg (USA, 1.979), Txernobil (Ukraïna, 1.986) y Fukushima (Japón, 2.011, con tres reactores descontrolados aún hoy), la probabilidad real ha sido del orden de 1 accidente máximo cada 15 años. Y la vieja y caducada CN de Cofrentes, con miles de dispositivos y materiales sometidos a condiciones extremas de presión, temperatura y radiactividad, cada año más que funciona incrementa sus probabilidades de sufrir un fallo grave que descontrole el reactor y origine otro accidente máximo, que nos afectaría terriblemente a millones de personas; de hecho, durante los últimos años, esta CN ha sufrido 25 paradas no programadas y más de 100 incidentes de seguridad, algunos con escape de isótopos radiactivos. Además, no tenemos que olvidar que la CN de Cofrentes está construida sobre una falla que ha provocado terremotos de grado 6, en terrenos sedimentarios y volcánicos capaces de agravarlos; por otro lado allí confluyen el Júcar y el Cabriel, dos ríos generadores de peligrosas inundaciones que aguas arriba tienen los pantanos de Alarcón y Contreras, grandes y con un cierto riesgo, recordamos que la CN ya se inundó en octubre de 1.982, cuando todavía estaba en fase de construcción; no obstante en el proyecto de Iberdrola se afirma que la cota donde se situaría el ATI sería de 368,20 m de altitud, tan sólo 4 centímetros por encima de la cota inundable en caso de rotura de presa y oleaje producido por el viento, un margen demasiado escaso; y se afirma que las losas de hormigón se colocarían en un cota inferior al resto de la parcela de la central, una zona inundable en caso de la avenida máxima posible. Así pues, alargar la vida de la CN con el ATI aumentará la probabilidad de que sufra un accidente máximo, como el que estuvo a punto de ocurrir en Vandellós I en 1.989 y obligó a clausurar y desmantelar esta central, con trabajos que no acabarán hasta el 2.028.

10.  UN ACCIDENTE MENOR ES AÚN MÁS PROBABLE Y TAMBIÉN NOS AFECTARÍA GRAVEMENTE: La CN de Cofrentes se encuentra a tan sólo a 73 km de Albacete y 65 km del área metropolitana de Valencia, y en el caso de Villamalea  a 48 kms. Utiliza el agua del Júcar para refrigerarse, calentando la que devuelve al río y evaporando unos 21 hm3 anualmente, un caudal cada vez más necesario para el consumo urbano, agrícola y caudales ambientales. Del Júcar bajo beben ahora más de 2.500.000 de habitantes de l'Horta, Morvedre y la Ribera, y centenares de miles más por el trasvase Júcar-Vinalopó; por lo tanto si la CN tuviera un escape radiactivo importante, en caso de accidente mediano, eso afectaría directamente a la salud de millones de valencianos y castellano-manchegos. Por otro lado la Acequia Real y el canal Júcar-Túria riegan 44.732 ha de la Ribera Alta y Baja, Camp de Túria y Camp de Morvedre; en caso de accidente nuclear, la contaminación radiactiva del Júcar provocaría la de estas tierras de regadío y arruinaría la producción agrícola más importante de España.
11.  LA OPACIDAD DE LA DIRECCIÓN Y LA COMPLACENCIA DEL CSN NO GARANTITZA LA SEGURIDAD: Las CN antiguas son las más peligrosas, como se ha demostrado en Fukushima donde se ha descontrolado la CN más antigua del Japón, y en el caso de la CN de Cofrentes, tanto el modelo de reactor BWR como el sistema de contención Mark ponen de manifiesto su obsolescencia. La CN de Cofrentes es vieja, con las soldaduras del reactor de dudosa calidad, múltiples problemas de corrosión y mal funcionamiento repetidos de partes principales de sus instalaciones; así, ha sufrido múltiples sucesos que afectan su seguridad y la dirección tiene, como ocurrió en Fukushima, un largo historial de falta de transparencia, de ocultación y minimización de las averías, lo cual ha motivado la apertura de expedientes sancionadores por parte del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Este número tan elevado e injustificable de averías y paradas no programadas ha puesto en evidencia la opacidad del CSN, y también la carencia de control de esta información y de las medidas a tomar para la seguridad de la ciudadanía por parte de las instituciones autonómicas, hecho que supone un riesgo añadido sobre las ya detectadas deficiencias de esta CN.

12.  IBERDROLA NO PAGARÁ LAS PÉRDIDAS EN CASO DE ACCIDENTE GRAVE: Las CN pueden provocar pérdidas económicas superiores a los 150.000 millones de € con un accidente máximo, y de miles de millones en caso de accidente mediano, pero la responsabilidad legal de la empresa propietaria sólo llega hasta los 1.200 millones de €, cifra ridícula comparada con las pérdidas que puede originar y prácticamente nada si se consideran las vidas que puede destruir. De forma que, en caso de accidente máximo, tendremos que ser los ciudadanos y el Estado quienes nos hagamos cargo de tales pérdidas, como ya ha ocurrido en Fukushima y Txernobil. Los propietarios de las CN crean el peligro y los problemas, se llevan los beneficios y nos dejan a los demás los riesgos, las pérdidas y los residuos.

13.  EXISTEN ALTERNATIVAS ECOLÓGICAS Y ECONÓMICAS: La opción nuclear resulta todavía más irracional si tenemos en cuenta que ya disponemos de fuentes de energía sin impacto ambiental e incluso más baratas, sobre todo la energía solar, de la cual recibimos unos 1.600 kwh/m2 por año, de forma que con las placas fotovoltaicas comerciales a menos de 1 €/w producen electricidad a unos 0'03 €/kwh, precio más barato que la electricidad convencional y que, al revés que ella, sigue bajando. Por eso Alemania, que recibe sólo el 70% de nuestra energía solar, está cerrando todas sus centrales nucleares (la última será clausurada en 2.022), sustituyéndolas por eficiencia energética y energías renovables, especialmente la solar. Allí facilitan el autoconsumo de balance limpio mientras aquí lo graban y entorpecen con el decreto que han aprobado los mismos que alargaron el funcionamiento de las CN, a pesar de que España y sobre todo la franja mediterránea es pobre y dependiente del exterior en combustibles fósiles y uranio, incluso en hidráulica, pero en cambio somos muy ricos en energía solar.

Así pues, considerando la creciente peligrosidad de la CN de Cofrentes, la de los residuos que genera, su envío imperdonable a las generaciones futuras, que ya existen alternativas viables ecológica y económicamente, y teniendo en cuenta que la construcción de un ATI alargaría todavía más el funcionamiento de la CN, generando más residuos radiactivos y aumentando la probabilidad de accidentes nucleares.


SOLICITAMOS al ayuntamiento de Villamalea que se dirija al Gobierno Autónomo y al Gobierno Central para pedir:

I. El cierre y desmantelamiento de la Central Nuclear de Cofrentes en marzo de 2.021, cuando finaliza su actual prórroga de funcionamiento, elaborando y poniendo en marcha desde esta legislatura un Plan de Eficiencia, Ahorro y Energías Renovables que permita la sustitución gradual de las energías convencionales.

II. Que no se autorice la construcción del Almacén Temporal Individualizado de residuos radiactivos dentro de los terrenos de la Central Nuclear de Cofrentes para ser innecesario, puesto que la Central dispone de capacidad de almacenamiento suficiente hasta su fecha de cierre en 2.021.

III. Modificar urgentemente el marco normativo que ha paralizado la implantación de las energías renovables para permitir el autoconsumo de balance limpio, tal y cómo se hace a otros países. Y fomentar, a nivel local, autonómico y estatal, la instalación de módulos solares de calentar agua, en sustitución de los termos eléctricos, que se amortizan en 4 años con la electricidad que ahorran.

IV. Eliminar definitivamente las “puertas giratorias”, porque facilita a las grandes empresas eléctricas dirigir la política energética del país, mediante conexiones entre la política y las corporaciones eléctricas.